Ciber Acoso
Salud Mental
Las niñas, de 9 a 15 años, son más propensas al bullying cibernético, mientras que los niños al bullying físico.
er diferente puede causar discriminación, especialmente entre menores de edad, no hablar inglés, estar excedido de peso, no haber nacido aquí, o tener padres indocumentados…, pueden ser algunas de las razones.
New York. Jean Carlos Osorio, LCSW-R, CDBT, SIFI/Terapeuta Licenciado Clínico. El acoso cibernético está a la orden del día, en cada rincón del mundo y en cada una de las redes sociales, especialmente sin supervisión de los padres. Las niñas, durante la adolescencia o en el desarrollo de la pubertad, son las más vulnerables al bullying; y se entiende, porque hay cambios físicos, hormonales y emocionales.
Las causas más comunes del bullying en la escuela se originan por la apariencia física, el sobrepeso, discriminación por nacionalidad o no haber nacido en los Estados Unidos (me veo latino, asiático, tengo cabello oscuro, etc.), esto suele suceder cuando se es minoría en la escuela, grupo o barrio.
Otras causas más especificas pueden ser que los menores latinos de primera generación, en general, tienen muchas dificultades en adaptarse a la nueva cultura, y hasta aprender el idioma; si pasa el tiempo y no hay una asimilación la discriminación puede venir de ese lado.
Por eso es recomendable que los niños practiquen alguna actividad fuera de la escuela y socialicen en vez de encerrarse en la casa. Para los padres o guardianes, a veces les es más fácil darle un teléfono o Ipad para que se entretengan que comunicarse con el niño.
Si se recurre a terapia, lo ideal es que sea participativa con los padres y aprendan sobre la prevención, la supervisión y el afecto, que son pilares en la confianza mutua: Prevención, Supervisión y afecto.
Prevención. Se le explica a los niños qué es el bullying y cómo identificarlo y a los padres, quienes son los guardianes de los menores, se les enseña a observar cómo se refleja el bullying en el comportamiento de los hijos.
Supervisión. Los padres deberían estar al tanto de los mensajes que están viendo sus hijos o hijas durante las horas que permanecen encerrados en su cuarto, cuáles son sus amistades y a qué información están accediendo.
Afecto. Apoyar a sus hijos y preocuparse por ellos les da la seguridad de que están ayudando y motivando el acercamiento entre ellos, a la vez reforzar el sistema de supervisión.
El menor agresor suele venir de un hogar donde hay violencia y proyecta en la escuela lo que le está pasando en la casa; es un comportamiento aprendido.
El menor agresor va a la escuela y escoge a la víctima, que normalmente son los niños más callados y tranquilos, que no pueden defenderse.
Durante los grupos de arte observamos dinámicas que crean inseguridad en los niños, como cuando los padres critican y hacen sentir mal al niño: por ejemplo el niño varón dibuja un arcoíris y el padre lo reprende o discrimina, tal vez pensando que es algo de niña, lo cual no tiene relación.
La práctica del arte terapia en familia nos permite observar estos comportamientos y nos alertan de que algo puede estar pasando sin que ellos mismos se den cuenta. Obviamente estas dinámicas familiares ponen al niño más vulnerable ante la agresión fuera de la casa.
Otro ejemplo, por medio del dibujo podríamos detectar el bullying, si el niño dibuja caras enojadas; puede ser un indicio para alertar a los padres. Lo que hay que evitar es lo que muchas veces sucede, los padres minimizan la situación porque no saben como ayudar al menor de ahí la importancia del involucramiento de los padres.
El suicido de la niña víctima de ciberacoso fue noticia nacional. Y entonces nos preguntamos, ¿Dónde estaban sus padres? ¿Hablaron con ella? ¿La apoyaron?
Cuando hacemos terapia con los niños nos ponemos en contacto con sus maestros de la escuela y dependiendo del resultado de la conversación procedemos a buscar una solución. Algunas veces minimizan o no dan importancia a lo que les decimos, argumentando que ‘son cosas son de niño’. Eso debemos evitar.
Si no nos prestan atención cuando les sugerimos un cambio de escuela o de salón para su hijo o hija, les recordamos a los profesores que ellos son responsables de cualquier daño que el menor pueda sufrir en el futuro, incluso la escuela es responsable.
Encuestas en varios países establecen que la quinta parte de los acosos se dan en redes sociales y aplicaciones. En el colegio (19,2%), mensajes de texto (11%), videojuegos (7,9%), sitios web fuera de las redes sociales (6,8 %) y correo electrónico (3,3%).
Que un niño o niña sea distinto a los demás, no los hacen ‘raros, Nosotros recordamos esto a los padres para que se lo digan a los niños, y de esta manera darles mas confianza.
Los castigos de los padres a sus hijos muchas veces son los que ellos recibieron cuando niños, y creen que están haciendo bien las cosas.
Cuando los menores consiguen logros o mejoras de algún tipo, les aconsejamos a los padres que reconozcan estos,eso estimula a los niños y les ayuda a sentirse bien. Las terapias deben ser constantes para que den buenos resultados.
Los padres latinos ocupan todo su tiempo trabajando y no pueden dedicarle mucha atención a los hijos; llegan cansados del trabajo y le dan un Ipad en muchas ocasiones para que no molesten.
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