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El abuso sexual en los menores

El abuso sexual en los menores
  • Publishednoviembre 22, 2021

New York, Jean Carlos Osorio / Terapeuta Clínico

Abuso sexual es considerada una del las peores y más graves formas de abuso infantil, la cual incluye una actividad sexual con un menor (en el Estadio de NY cualquier menor de 18 años). Cuando un predador se relaciona con un menor de esta manera, está cometiendo un delito que puede tener efectos duraderos en la víctima durante años. El abuso sexual infantil no incluye solo el contacto físico con la víctima. El abuso infantil implica, pero no se limitan a:
• Exhibicionismo, o exponer a un menor
• Coito
• Masturbarse en presencia de un menor u obligar al menor a masturbarse
• Conversaciones obscenas, llamadas telefónicas, mensajes de texto o interacción digital.
• Producir, poseer o compartir imágenes o películas pornográficas de niños.
• Sexo de cualquier tipo con un menor (vaginal, oral, anal, etc.)
• Tráfico sexual
• Cualquier otro contacto de naturaleza sexual que involucre a un menor.

Desde el punto de vista de la salud mental, un menor que ha sido abusado puede sentirse culpable, confundido y hasta responsable. Un alto índice de menores no llega a revelar lo sucedido a sus padres por miedo a ser castigados, creer que el abusador les hará daño a sus padres y/o familiares, creen que no les van a creer y/o llegar a causar conflictos internos en la familia por su culpa.

Todo menor reacciona de una manera muy distinta a causa del abuso sufrido, por eso es de vital importancia poder identificar las señales y/o comportamientos que el menor empieza a desarrollar y así poder brindar una pronta ayuda, reportar el abuso a las autoridades pertinentes, buscar los servicios terapéuticos necesarios y minimizar el daño emocional y mental que lo perseguirá hasta su vida adulta.

Pero ¿cuáles son esas señales y/o comportamientos? como terapeuta especializado en trauma/abuso infantil y teniendo más de 12 años de experiencia tratando a menores víctimas de abuso infantil he logrado descifrar algunos síntomas o comportamientos más comunes; claro está, estos síntomas no son universales, pueden variar según las circunstancias (lazos con el predador, tiempo, repeticiones, entre otras). Estos son algunos de los síntomas o comportamientos más comunes:

1. El menor se aleja o rehúsa estar en actividades, sitios o personas donde fue abusado. Es decir, no quiere ir a la casa de la persona que lo abuso o al sitio donde el abuso sucedió sin dar razones especificas (muchos lloran, se enojan o se esconden).
2. Empieza a haber cambios inusuales en el comportamiento del menor, tales como estar más agresivo, llora por todo, es más irritable, se frustran más rápido, prefieren aislarse de los demás. En el peor de los casos regresan a comportamientos infantiles como mojar la cama, no querer dormir solos o con la luz apagada, no querer estar solos y siempre en compañía de un adulto que el menor considera le da seguridad.

3. Muchos menores empiezan a sentir síntomas de depresión como falta de sueño, alteraciones al dormir, no querer levantarse o estar siempre sin ánimos, mientras otros experimentan síntomas de ansiedad reflejados en estar siempre a la expectativa de que el abuso va a volver a ocurrir en cualquier momento, tiene pesadillas del abuso, les da miedo estar solos, son más sensibles que antes.

4. También es muy común en las víctimas de abuso que recreen con otros menores o hasta con adultos el comportamiento aprendido. En otras palabras, el menor repite el comportamiento abusivo de una manera impulsiva e inconsciente. Pues al ser menores no tienen la capacidad ni el desarrollo intelectual de procesar lo sucedido.

5. En el peores de los casos, los niños se hacen daño así mismo (se cortan partes del cuerpo; las piernas, manos o áreas no visibles), muchos se pellizcan, hacen marcas en su cuerpo, tienen pensamientos de suicidio o lo llegan a cometer como escapatoria a su dolor.

Una vez identificados estos síntomas y/o comportamiento, es importante actuar. A continuación algunos consejos para mantener al menor a salvo, darles confianza y crear una ambiente de apoyo:
1. Validar el sentimiento del menor, no juzgar, no culpar y no criticar lo sucedido. Este es el primer paso y el más crucial para reducir sentimientos de culpa y minimizar el daño para su desarrollo y adultez.
2. Escuchar al menor y empatizar con ellos, sensibilizarse y demostrarles afecto y apoyo incondicional.
3. Reportar el caso a las autoridades y señalar al predador, así sea un pariente o amigo de la familia. Al no hacerlo, el menor sentirá y creerá que lo sucedido no es importante, no le creen y que los padres prefieren proteger a otro. Además, al no reportar el abuso los padres pueden ser acusados de negligencia y poner la vida del menor en riesgo.
4. Buscar inmediatamente ayuda profesional, como un terapeuta especializado en trauma/abuso. Los terapeutas pueden ayudar al menor y a los padres a navegar el sistema legal, dar herramientas que le ayudaran a ambos a sobreponerse, establecer una relación de confianza y monitorear al menor.
5. Los terapeutas estamos obligados ante la ley del estado de NY a reportar cualquier sospecha de abuso infantil a las autoridades y actuar en el mejor interés del menor.

Si su hijo ha sido víctima de abuso y/o sospecha de ello, por favor no se quede callado y actúe inmediatamente. No solo va a proteger a su hijo/a sino que puede prevenir el desarrollo de desórdenes mentales, tales como: depresión severa, ansiedad generalizada, estrés postraumático, comportamientos adictivos (uso de substancias), desordenes de personalidad, bipolaridad del tipo I o II, problemas en sus relaciones adultas/afectivas y sociales, y hasta el suicidio en casos más graves.

Estos son algunos de los contactos para reportar un abuso infantil:
• 1-800-342-3720 Número de la Línea de Emergencia de Abuso Infantil (NYC Child Abuse Hotline)
• 1-800-422-2253 Línea telefónica nacional del maltrato de menores o hotline de ChildHelp (ChildHelp National Child Abuse Hotline)

Written By
Trabajador Inmigrante

Periodismo de Educación e integración en los distritos inmigrantes de Nueva York.