Editorial, primarias demócratas en New York: ‘Racismo’ político en Queens…
Si no votamos, no contamos. Africanos y latinos, y sus descendientes, suman el 45 por ciento de la población, pero no tienen ni el 2 por ciento de representación en los estamentos estatales de Queens, con 2.270.338 de personas. Unidos, podríamos enfrentar a la maquinaria política europea que no da oportunidades a nuestros candidatos, ni defienden realmente los intereses de la comunidad inmigrante sino los de las grandes corporaciones, y las personales.
New York. Editorial www.trabajadorinmigrante.com. La nueva generación de inmigrantes en Queens se está organizando para promover a líderes que defiendan los intereses de una comunidad olvidada y maltratada durante décadas, una situación que salió todavía más a flote en la pandemia. Hay más de 400,000 inmigrantes sin documentos en Nueva York trabajando y pagando impuestos, pero no tiene derechos, al contrario, son perseguidos y están con este gobierno al borde de la deportación.
La estructura del Partido Demócrata que controla Nueva York, no está teniendo en cuenta a los líderes inmigrantes ya ciudadanos de nuestras comunidades que vienen trabajando desde adentro de ‘los distritos del hambre’ y conocen en profundidad sus problemas y necesidades.
A estos líderes les hemos visto en el frente de batalla, ayudando a la distribución de alimentos, en tanto que los candidatos europeos siguen desde los sillones de la indolencia las vergonzosas colas del hambre.
Durante décadas los demócratas se han pasado el poder entre ellos en muchos de los distritos inmigrantes de Queens, varios sin pasar por las urnas, pues sus rivales republicanos no tienen casi representación en esta multicultural ciudad de etnias donde los demócratas no tienen rivales, bueno, hasta hace poco, porque comienzan a organizarse los lideres de las diferentes etnias para romper con ese absolutismo europeo en la política, que tan poco ha servido a nuestra gente latina. Y nos han demostrado su apatía en la resolución de las múltiples necesidades de la comunidad.
Y es que los representantes estatales son en su gran mayoría descendientes de europeos que no ven las necesidades de las comunidades inmigrantes y representan más los intereses de las grandes corporaciones que la de las familias residentes, muchos al borde de la gentrificación.
Los inmigrantes, varios residiendo por décadas en estos barrios, tendrán que salir pronto a buscar Vivienda a New Jersey ante la imparable gentrificación que avanza por la línea 7 del tren hacia Flushing.
Los demócratas no están contando con los líderes inmigrantes en ‘los distritos del hambre’, ellos vienen luchando durante años en las comunidades marginadas y olvidadas.
El Partido Republicano apenas tiene candidatos en Queens, con una población de 2.270.338 personas: el 30,7% europeos o descendientes de europeos; el 26,5% hispanos, el 21,2% asiáticos (cifras recientes los equiparan a los latinos, con 26 por ciento) y el 19,2% afroamericanos (o descendientes de africanos). El resto lo conforman personas de otras etnias.
Si los olvidados del Sur (africanos y latinos) nos unimos políticamente en Queens, otro gallo cantaría. Pero los demócratas no abren las puertas a la democracia, no apoyan a nuestros candidatos y ponen a dedo a sus ‘líderes’ cuyos intereses se acercan más a los de las grandes corporaciones que a la de sus residentes inmigrantes.
Nuestros líderes se financian con lo poco que recogen en el vecindario para financiar sus campañas políticas. Entre tanto, los niños no tienen asientos en las escuelas, las persecución policial y discriminatoria tienen las cárceles llenas de latinos y afroamaericanos y la falta de una legislación sobre los alquileres, que favorece solo a los dueños, tienen quebrados a los empresarios inmigrantes, que gastan hasta el 80 por ciento de sus ingresos en rentas astronómicas. Esto gracias a la legislación demócrata.
Parece ser que en un país donde todos son inmigrantes, solo pueden mandar los que tienen piel blanca, o anaranjada, como el presidente racista. Es una sistema controlado por la melanina (color de la piel, no confundir con Melania), los desestabilizadores de la Casa Blanca siembran racismo para exaltar el enfrentamiento racial y esconder sus cuplas.
Pero la apatía electoral de los latinos no nos permite tener la representación real que merecemos en cuanto al número de latinos y afroamericanos que residimos en Queens. Necesitamos que los que ya puedan ser ciudadanos lo hagan, y los que ya lo son, que voten.