Trastorno del Espectro Autista (TEA)
Los trastornos del espectro autista (TEA) son una discapacidad del desarrollo que puede provocar problemas sociales, comunicacionales y conductuales significativos.
Los TEA ocurren en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos, pero es 4.5 veces más frecuente en los niños que en las niñas.
New York. Ed Hosseinipour, farmacéutico clínico senior. No suele haber indicios en el aspecto de las personas con TEA que los diferencien de otras personas, pero es posible que quienes tienen un TEA se comuniquen, interactúen, se comporten y aprendan de maneras distintas a otras personas.
Las destrezas de aprendizaje, pensamiento y resolución de problemas de las personas con TEA pueden variar; hay desde personas con muy altos niveles de capacidad (dotadas) y personas que tienen muchas dificultades. Algunas necesitan mucha ayuda en la vida diaria, mientras que otras necesitan menos.
El diagnóstico de TEA incluye hoy muchas afecciones que solían diagnosticarse por separado: el trastorno autista, el trastorno generalizado del desarrollo no especificado de otra manera y el síndrome de Asperger.
Signos y síntomas. Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales, emocionales y de comunicación. Es posible que repitan determinados comportamientos o que no quieran cambios en sus actividades diarias.
Muchas personas con TEA también tienen distintas maneras de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas. Algunos de los signos comienzan durante la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.
CaracterísticasNiños o adultos con TEA
– No señalar los objetos para demostrar su interés (Eje., no señalar un avión que pasa volando).
– No mirar los objetos cuando otra persona los señala.
– Tener dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras personas.
– Evitar el contacto visual y querer estar solos.
– Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de sus propios sentimientos.
– Preferir que no se los abrace, o abrazar a otras personas solo cuando ellos quieren.
– Parecer no estar conscientes cuando otras personas les hablan pero responder a otros sonidos.
– Estar muy interesados en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse con ellas.
– Repetir o imitar palabras o frases que se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en lugar del lenguaje normal.
– Tener dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos habituales.
– No hacer juegos de simulación (Eje.: No jugar a “darle de comer” a un muñeco).
– Repetir acciones una y otra vez.
– Tener dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la rutina.
– Tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las cosas.
– Perder las destrezas que antes tenían (por ejemplo, dejar de decir palabras que antes usaban).
Uno de cada cien recién nacidos padece un Trastorno del Espectro Autista (TEA), la mayoría de afectados son varones
Diagnóstico. El diagnóstico de los TEA pueden ser difíciles de hacer debido a que no existen pruebas médicas, como un análisis de sangre, para diagnosticarlos. Para llegar a un diagnóstico, los médicos observan el comportamiento y el desarrollo del niño.
A veces, los TEA pueden detectarse a los 18 meses de edad o incluso antes. A los 2 años de edad, el diagnóstico realizado por un profesional con experiencia puede considerarse muy confiable.
Muchos niños no reciben un diagnóstico final hasta que son adolescentes o adultos, un retraso sustancial para ellos por la falta de obtener ayuda temprana a tiempo.
Tratamiento. Actualmente, no existe una cura para los TEA. Sin embargo, las investigaciones muestran que los servicios de tratamiento de intervención temprana pueden mejorar el desarrollo de estos niños.
Los servicios de intervención temprana ayudan a los niños desde el nacimiento hasta los 3 años de edad a aprender destrezas importantes si están en riesgo de retraso de desarrollo.
Estos servicios pueden incluir terapia para ayudar al niño a hablar, caminar e interactuar con los demás. Por lo tanto, es importante hablar con el médico de su hijo lo antes posible si piensa que su hijo tiene un TEA u otro problema del desarrollo.
Incluso si a su hijo no se le ha diagnosticado un TEA, podría reunir los requisitos para recibir servicios de tratamiento de intervención temprana.
El tratamiento de síntomas particulares, como la terapia del habla para los retrasos en el lenguaje, no requiere que espere hasta recibir un diagnóstico formal de TEA.