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Inmigrantes de restaurantes sin trabajo buscan refugio en la Construcción y disparan los cursos de seguridad OSHA 

Inmigrantes de restaurantes sin trabajo buscan refugio en la Construcción y disparan los cursos de seguridad OSHA 
  • Publishedoctubre 17, 2020

Miles de inmigrantes camareros, lavaplatos, deliveries y cocineros de Guatemala, El Salvador, México, Venezuela y otros países latinos están tomando los cursos de seguridad de OSHA para entrar a la obra tras haber perdido sus trabajos en los restaurantes.

Aunque los restaurantes ya pueden servir en el exterior, y limitado en el interior, los inmigrantes buscan refugio en la construcción. En la imagen, un restaurante con terraza; cerca de allí, inmigrantes hacen los cursos de seguridad de la OSHA para poder entrar a la obra. Foto: Ankarolo. 

New York. Mauricio Hernández. La esperanza de un fructífero 2020 para muchos latinos vinculados al sector restauración se desplomó el 9 de marzo cuando el alcalde Di Blasio dio la orden de cerrar los restaurantes por la violenta irrupción del coronavirus en Nueva York.

Entonces comenzó el calvario para decenas de miles de personas vinculadas a más de 25,000 restaurantes en la capital del Mundo, pero especialmente para quienes venían trabajando sin documentos, ya que de la noche a la mañana se quedaron sin trabajo, olvidados y sin ayudas federales ni estatales.

Los dueños de los restaurantes también se vieron seriamente afectados, los empresarios inmigrantes debieron despedir a sus trabajadores y guardar cuarentenas en sus casas, llenas de insomnio ante las gigantescas deudas que se acumulaban por el impago de los alquileres, desorbitados en esta ciudad sin regulación.

Los restaurantes en la Roosevelt, que pagan alquileres desorbitados por la falta de regulación, tuvieron que cerrar durante la pandemia y ahora abren con limitaciones. Foto: M Hernández

El sector de la restauración y gastronomía emplea a miles de personas en los condados con más inmigrantes y son una de las primeras opciones para los que apenas están llegando; por esto, el cierre de miles de restaurantes de dueños inmigrantes causó gran conmoción en distritos de Queens como Corona, East Elmhurst, Jackson Heights y Woodside.

En estos barrios, donde residen también muchos trabajadores de la construcción, tienen la mayor oferta de los cursos de seguridad OSHA, requisito federal para estar seguro en la construcción en los Estados Unidos.

No en vano muchas de las personas que están llegando de otros sectores productivos hacia la construcción vienen recomendados por un vecino o amigo que ya trabaja en la construcción y reside en estos barrios.

Sede del Frente Hispano Gorayeb, en la Junction, donde miles de trabajadores inmigrantes de la construcción se han formado en los últimos cuatro años.

La pandemia no llegó sola al barrio, trajo consigo la incertidumbre, el desempleo, el miedo, la desconfianza y el hambre. Las colas del hambre continúan viéndose en estos barrios que acogen en su mayoría a los que han ido llegando en los últimos años.

Frente Hispano Local 79. Precisamente, uno de los centros de educación con mayor reconocimiento en la Ciudad de Nueva York, El Frente Hispano Local 79, se convirtió en la pandemia en un centro de acogida y repartición de alimentos con el patrocinio de Christopher Gorayeb & Associates, que donó miles de bolsas de alimentos para repartir en Queens, Brooklyn y El Bronx.

Allí encontramos a Sonia Orellana, que recibe a los latinos que quieren hacer el curso de OSHA y que ha sido testigo de la graduación de más de siete mil trabajadores de la construcción en los últimos tres años, cuando comenzaron a dictar los cursos.

Cursos de OSHA en la sede del Frente Hispano, con pocos alumnos, conservando la distancia social y los protocolos de seguridad. Foto. M. Hernández

“Muchas personas vienen a diario buscando una nueva oportunidad de trabajo. Ellos ven en la construcción quizás una esperanza. Piensan que en este momento es la única solución que tienen. Mujeres jóvenes y de todas las edades; hombres, padres de familia que ven en este sector la oportunidad de poder mantener el hogar”, manifestó Orellana.

Los ecuatorianos han sido tradicionalmente la comunidad más vinculada a la construcción. Pero la pandemia está incorporando a Centroamérica, México y otras nacionalidades latinas a este importante sector de la industria en Nueva York.

En el Frente Hispano los cursos de OSHA 30 son seis días, con cinco horas diarias; muchas de las personas vienen a tomar el curso en la noche, después del trabajo. También hay cursos de OSHA 30 durante dos fines de semana.

La construcción parece ser una salida a la crisis del desempleo en los restaurantes debido a la pandemia. Foto: M. Hernández

“Tenemos un salón con capacidad para más de 250 personas, pero solo podemos tener un máximo de 35 a 40 estudiantes debido al distanciamiento y los protocolos de seguridad”, aseguró Orellana

Están llegando a tomar los cursos muchas personas que no han estado relacionadas con la construcción, pero que quieren empezar porque es uno de los sectores menos afectados, y también el primero que abrió las puertas para el regreso a la obra.

Los cursos de OSHA se imparten en los distritos inmigrantes más afectados por el Covid-19, donde los trabajadores latinos esenciales pusieron el pecho frente a la pandemia; también aquí fue donde más despidos masivos de trabajadores de restaurantes ha habido, pero a diferencia de los trabajadores con papeles, muchos no recibieron ayuda del Estado, a pesar de pagar impuestos.

“Hay que alimentar a la familia, tenemos hijos y nos quedamos prácticamente en la calle”, dijo Fernández, un guatemalteco que prefirió no dar su nombre. Cuando visitamos varias de las escuelas muchos estudiantes prefirieron no salir en la foto por temor a una deportación, si bien es sabido que en la construcción trabajan muchos inmigrantes sin documentos.

Sede de la Alianza Ecuatoriana Internacional en la Roosevelt con 100, en Corona, Queens. Foto: M. Hernández

A unos diez bloques del Frente Hispano, visitamos a Walter Sinche, de Alianza Ecuatoriana Internacional, que también ha notado el aumento de los cursos entre mexicanos y centroamericanos, “pero siguen llegando muchos ecuatorianos para sumarse a este sector”, dijo Sinche en el nuevo y Amplio local, en la 104 con Roosevelt, donde podrá atender a más alumnos y mantener la distancia social.

Ahora el Departamento de Edificios de la Ciudad de Nueva York exige El SST para poder entrar en la obra. Son Dos horas de alcohol y Drogas y ocho horas de prevención de caídas.

Por su parte, Carol Auquilla, profesora OSHA Frente Hispano nos dijo en uno de los descansos de las clases de OSHA 30 presenciales que “estamos viendo más esta tendencia de cambiar de una industria a la otra con la pandemia, aunque en realidad siempre han habido estos cambios”.

Karol Auquila enseña los cursos de seguridad de OSHA en el Frente Hispano. Auquila trabajó por varios años en la empresa de construcción de su familia. Foto. M. Hernández

En Octubre baja la construcción, como los restaurantes, que bajan en diciembre y en enero; entonces hay rotación de trabajadores, pero nunca como estamos viendo ahora”, no dijo Auquilla, una profesora apasionada por enseñar.

Auquilla lleva dando clases de OSHA desde Julio de 2018 y ha trabajado durante 10 años en la compañía de construcción de su familia agregó que “en la construcción muchos tratan de entrar; pagan un poco más, y aunque la mayoría han sido hombres, cada vez más entran más mujeres. “El año pasado vinieron muchos venezolanos, abogados, doctores, ingenieros a tomar los cursos”, agregó.

Jenny Burbano llegó al Frente Hispano Gorayeb para hacer el curso de Banderas de OSHA para construcción.

Mientras hablamos con la profesora llegó a recepción Jenny Burbano, ecuatoriana que llevaba tres años trabajando en restaurantes, hasta que llegó la pandemia. “Esto nos está afectando a todos; cerraron los restaurantes y nos mandaron para la casa”.

Unos amigos le hablaron de entrar en el sector de la construcción y decidió explorar este campo. “Ya realicé el curso de 30 horas de OSHA y ahora estoy haciendo el curso de banderas”.

A dos bloques, en la Roosevelt con 95, a unos pasos de la Junction, encontramos a Rolando Bini, director de Padres en Action, que lleva dos décadas orientando y educando a los inmigrantes en sus sedes de Padres en Action en Queens y Jamaica.

“Los Cursos de OSHA se dispararon; hemos estados muy llenos, pero han bajado un poco con la extensión de los plazos de La Ciudad para tener los cursos básicos para poder entrar a la obra”, nos dijo Bini.

“Es muy importante estos cursos porque en la construcción han habido muchos muertos, la mayoría latinos. La fecha límite para exigir OSHA 30 más 10 horas de SST se extendió hasta el 1 de marzo del próximo año ante la desbanda de estudiantes.”

El curso básico de OSHA 10 también se disparó con la llegada de personas de otros sectores de la industria. “Estos cursos están llenos, dentro de la distancia social permitida, lo que nos ha obligado a disminuir los alumnos y devolver a muchas personas, sobre todo los sábados; todo el mundo deja a último momento”, recordó Bini.

Tras la cuarentena, Padres en Acción creó 10 cursos adicionales, cada uno con un máximo 40 estudiantes, y todos se llenaron. “Todavía tenemos seis cursos más hasta el 30 de septiembre en nuestras tres sedes, donde estamos teniendo una reconversión de trabajadores del sector de la gastronomía y restauración hacia la construcción.

“Tenemos muchísimos alumnos que en el pasado eran trabajadores de restaurantes, cuyo sector ha sido muy afectado por la pandemia. Pienso que hay trabajo en la construcción y al parecer este sector no ha sido tan golpeado”, puntualizó Bini.

Etrusco Bini abrió su escuela en la calle Nacional de Corona, después de trabajar para su padre en Padres en Acción y La Casa del Jornalero. Foto. M. Hernández

La rama no cae lejos del árbol, dice el refrán. Es así como llegamos hasta la nueva sede de

Etrusco Bini, que trabajó junto a su padre por cuatro años y ahora abre su propia escuela. Mi padre y yo trabajamos en llave y complete colaboración”, dijo.

“Estamos recibiendo muchos estudiantes de Guatemala y México porque estos dos países se dedicaban más a trabajar en restaurantes como chefs o ayudantes de cocina, lavaplatos, camareros, en la cocina o haciendo deliveries, pero en vista de que estos negocios han estado cerrados y temporalmente no pueden abrir sus puertas, ellos necesitan trabajar y han optado por la construcción”, aseguró Etrusco Bini, en coincidencia con todos los entrevistados.

“Nos han llegado personas que llevan trabajando mucho tiempo en restaurantes; algunos 8, 10 y hasta 15 años”, manifestó Etrusco Bini, un inquieto agente de bolsa que ahora se dedica a administrar su propia escuela.

“Es un poco triste para los que llevaban muchos años en el sector restauración y ahora tienen que comenzar de nuevo en la construcción. Pero hay y seguir para adelante. Los latinos estamos siempre dispuestos a hacer lo que nos toque para alimentar a la familia”, agregó Bini junto a Jenny Bonilla, gerente general y hoy su mano derecha.

José Castellanos lleva más de diez años trabajando en construcción y trabajo como rescatista en los Bomberos de la Ciudad de Nueva York. Foto. M. Hernández

Desde Corona dimos un salto hasta la calle 75, a medio bloque de la Roosevelt. Visitamos a José Castellanos, profesor de OSHA desde 2014 y con una experiencia de 19 años en construcción, con la especialidad de soldador. Fue condecorado por La Ciudad por sus trabajo como rescatista en el Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York.

A su empresa, CS Safety Especialist, donde ha preparado a miles de trabajadores de la construcción, también están llegando muchos trabajadores de otros sectores. “Hemos impartido muchas clases, especialmente las de SST”.

“Cuando les pregunto, qué les trajo a este mundo de la construcción?, la respuesta de muchos es ‘por el Covid-19, el restaurante cerró y la otra opción para poder sobrevivir es trabajar en la construcción”, manifesto este profesor de origen colombiano, reconocido por La Ciudad y solicitado por los estudiantes.

Sede de CS Safety Especialist en la calle 75, a pocos metros de la Roosevelt Avenue. Foto: Mauricio Hernández

Para Castellanos, son muchísimos los que se están pasando a la construcción. “Diría que un 30 a 40 por ciento; esto no sucedía antes; han llegado de México, Guatemala, El Salvador, Ecuador y muchos países latinoamericanos buscando ese trabajo para sobrevivir porque su anterior empresa vinculada a los restaurantes ya no le puede ofrecer más trabajo”.

“Hay personas que vienen de cero, es decir, no tienen ningún curso. Yo les recomiendo que comiencen con el curso OSHA de 30 horas, que es la básica y obligatoria, y luego tomen las de 10 horas de SST” puntualizó Castellanos, que trabaja junto a su familia en esta bonita labor de ayudar a disminuir los accidentes en la construcción.

Rosita Cali imparte las clases de OSHA en la sede de la Roosevelt con 97, en Corona, el barrio que concentra el mayor número de escuela para trabajar en la construcción. Foto. M. Hernández
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Trabajador Inmigrante

Periodismo de Educación e integración en los distritos inmigrantes de Nueva York.