El miedo de Trump o la ansiedad por la ‘extinción’ blanca en Estados Unidos
Por primera vez en la historia de Estados Unidos, las minorías raciales sobrepasan a los blancos por debajo de la edad de diez años, según el Censo… cuenta regresiva para que los blancos sean minoría.
New York. Por Alfredo Toro Hardy. No en balde en su última obra Samuel P. Huntington alertaba acerca de la posibilidad de que Estados Unidos se transformase en una sociedad bifurcada, lingüísticamente (inglés y español) y culturalmente (lo anglosajón y lo hispano). Porciones sustanciales de Estados Unidos, particularmente la Florida y el Suroeste, que terminarán siendo esencialmente hispana cultural y lingüísticamente.
“Estados Unidos perderá por tanto su unidad cultural y lingüística para transformarse en una sociedad bilingüe y bicultural como Canadá, Suiza o Bélgica.”, según el libro Quiénes Somos? Los Desafíos de la Identidad Nacional Estadounidense, Barcelona 2004.
Lo que Hungtinton olvidaba mencionar, y muchos de los que actualmente vociferan contra la inmigración proveniente del Sur también lo hacen, es que la mayor parte del crecimiento poblacional hispano en ese país proviene de ciudadanos estadounidenses. Es decir, de hispanos aquí nacidos.
El número de inmigrantes latinoamericanos viene en declive desde hace años y que dos de cada tres hispanos en Estados Unidos son ciudadanos del país. Cada año, uno de cada cuatro bebés nacidos en Estados Unidos lo hace de una madre latina, sin olvidar que tres cuartas partes de los hispanos gozan de ciudadanía. (Alfredo Toro Hardy, Understanding Latin America: A Decoding Guide, London, 2017).
Más aún, un importante porcentaje de la comunidad hispana en ese país traza su ascendencia a lugares que fueron incorporados a Estados Unidos por guerra o conquista.
Muchas familias hispanas que viven hoy en el Sudeste de Estados Unidos desde hace generaciones, bien podrían decir “nosotros no cruzamos la frontera, la frontera nos cruzó a nosotros”. De hecho, otro tanto podrían decir los habitantes de Puerto Rico.
Las medidas extremas, e inhumanas, que adopta la Administración Trump en contra de los inmigrantes ilegales provenientes del Sur, no guarda relación alguna con la magnitud misma de esa inmigración.
Nada similar a lo que ocurre hoy en Europa con respecto a los migrantes del Medio Oriente o África, ocurre en Estados Unidos. Por el contrario, el exceso en la reacción estadounidense está ligado a otro factor: las ansiedades resultantes del cambio de la configuración étnica y racial en ese país.
De acuerdo a un análisis del Instituto Brookings, referido a los excesos del gobierno de Trump frente a la inmigración latinoamericana: “Lo cierto es que Trump está claramente capitalizando lo que el columnista del New York Times” Charles Blow ha denominado como la ‘ansiedad de la extinción blanca’.
‘Por primera vez desde que la Oficina del Censo ha venido publicando sus estadísticas anuales’ escribía William Frey, demógrafo asociado a Brookings, ‘se evidencia un absoluto declive en la población blanca no hispana, acelerando un fenómeno que se estimaba que no llegaría hasta la próxima década’
La reconfiguración racial de Estados Unidos puede cambiar, pero cuando lo que está en la balanza es el poder de los blancos, lo inconcebible se transforma en aceptable” (Andrew M. Perry, “Trump reveals ‘zero tolerance’ for democracy”, June 25, 2018).
En otras palabras, el centro de análisis y reflexión más importante de Estados Unidos, reconoce que un porcentaje muy importante de la población blanca de ese país está dispuesto a aceptar cualquier extremo, cuando lo que está en juego es su predominio.
Trump está así reafirmando su popularidad ante la base Republicana, al apelar a las ansiedades que ésta siente por la próxima e inevitable pérdida de su condición de mayoría racial en el país.
Bajo esta perspectiva, los inmigrantes hispanos resultan simples chivos expiatorios dentro de un contexto político mucho más amplio y complejo. “La ansiedad de la extinción blanca”, obsesión que no guarda relación alguna con la pérdida del estatus mayoritario de los blancos, está abriendo una peligrosa Caja de Pandora que Trump se ha dedicado a explotar.
Por primera vez, las minorías raciales sobrepasan a los blancos por debajo de la edad de diez años. Ello significa que la cuenta regresiva para que los blancos se transformen en minoría avanza inexorablemente.
En días pasados se cumplió el primer aniversario de la marcha neonazi de Charlottesville. Ella, y la reacción forman parte de una misma y temible matriz. Bajo estas circunstancias, y cuando el control político de ese país se encuentra en manos de un populismo desatado, habrá que prepararse para los mayores excesos.
El impacto de la “Latinoamericanización” de Estados Unidos va camino transformar al país en una sociedad bilingüe. De acuerdo con el censo, para 2050 habrá 138 millones de hispanoparlantes en Estados Unidos. (Stephen D. King, Grave New World. New Haven, 2017).