Preocupación e indignación por la venta de tarjetas OSHA fraudulentas
Las escuelas reconocidas piden más control y severos castigos
New York. Trabajador Inmigrante. Indignación y rechazo, pero sobre todo preocupación,
causó entre las escuelas que visitamos en Jackson Heights y Corona sobre la venta de
tarjetas fraudulentas que son vendidas en la avenida Roosevelt y que fue publicado en la
pasada edición.
Para Etrusco Bini, fundador de Diamond Central, la escuela de mayor crecimiento en el
distrito, “comprar la tarjeta sin hacer el curso es como comprar la muerte, y posiblemente
la de los que trabajarán cerca de esta persona”.
Diamond Central recibió recientemente el reconocimiento de nuestro periódico por el
crecimiento dentro de la pandemia, siguiendo siempre los protocolos.
Rolando Bini, fundador de Padres en Acción, reconocida organización donde también se imparten los cursos de OSHA, fue más tajante al referirse al fraude de las tarjetas: “Están cometiendo un fraude federal, y todas esas personas deben ir a la cárcel; no solo el
instructor autorizado de OSHA que pudiera estar implicado, sino también los que compran
la tarjeta sin tomar la clase”.
Rolando Bini: “Esto es muy grave porque pone en peligro al alumno que no tiene los
conocimientos de cómo protegerse adecuadamente en la obra y cómo exigir un lugar de
trabajo seguro. Ese alumno pone en peligro a los compañeros.
Para Walther Sinche, electricista de profesión y profesor desde hace más de 10 años, “los
comentarios de la calle son ciertos; hay personas que proveen este servicio y que no están
en el marco de la ley”. Sinche tiene más de dos décadas de servicio comunitario y
fundador de Alianza Ecuatoriana Internacional.
“También hay personas que están pidiendo la tarjeta sin hacer los cursos. Esto es un daño
gravísimo pues no tienen el conocimiento ni la capacitación requerida que exige este
trabajo de la construcción. La seguridad en el sitio de trabajo es fundamental”, insistió
Sinche, un líder comunitario con una gran trayectoria social en el vecindario.
Walther Sinche: “Nuestra organización trabaja desde hace muchos años en la educación
de nuestros inmigrantes para enseñarles que todo debe hacerse de una manera legal y
que comprando la tarjeta en la calle está poniendo en peligro su vida y las de los demás.
Hemos enviado a veinte centros de enseñanza y a varias escuelas una entrevista o su
opinión al respecto, pero no hemos recibido respuesta. Hemos insistido por teléfono y con
mensajes, pero hemos sido ignorados.
A varias de las escuelas autorizadas que expiden las tarjetas en Queens y Brooklyn
hemos enviado un cuestionario con una copia de nuestra publicación acerca de la
denuncia, pero tampoco contestaron.
Hemos hablado con mucha gente, muchos de los cuáles nos han pedido el anonimato.
Uno de los testimonios asegura que “ha habido instructores corruptos que tienen amistad
con el dueño de una compañía de construcción. El dueño les da la lista de 30 o 40 obreros
y les traen a todos esas tarjetas, incluso sin haber tomado el curso”.
Tenemos muchos testimonios de trabajadores de escuelas reconocidas por su
transparencia a donde han ido personas a reclamar supuestas tarjetas sin haber tomado el
curso. “Las personas ven nuestro aviso de OSHA grande y se confunden con otra escuela
que está cerca. Todos vienen a reclamar la tarjeta sin hacer el curso y a dar el excedente.
Nosotros le decimos que acá no es, y cuando llaman al contacto salen disparados”.
La tarjeta fraudulenta que ofrecen en la Avenida Roosevelt cuesta 500 dólares la de 30
horas, como el doble de lo que cuesta en una escuela oficial que requiere la presencia
física o que supervisa las que se dan virtualmente.
Tenemos direcciones y sospechosos a quienes varios testimonios dirigen sus acusaciones,
pero nosotros no somos la policía sino solo un medio que aboga por la transparencia y el
fin de la muerte de los trabajadores inmigrantes en la construcción. Y la poca
colaboración, incluso de muchos interesados, nos hace ver que pueda haber más de un
interesado en llegar al fondo de este criminal suceso.
Mientras tanto, la muerte de los obreros latinos en la construcción continúa en Nueva
York, la mayoría no vinculados a ningún sindicato.
sinche
Siempre incentivamos a las personas a que busquen el tiempo para poder capacitarse y
trabajar de una manera más segura. Hay algunos que pagan hasta el doble del costo real
de esa tarjeta porque piensan que les va a servir.
Cuando un funcionario de OSHA escanea la tarjeta y comprueba que no es válida o que
pertenece a otra persona, no solo van a perder su dinero, el trabajo y van a tener que
tomar finalmente las clases, sino que puede enfrentar la cárcel.
En el Centro Comunitario Andino también hemos recibido llamadas de varias personas
pidiéndonos tarjetas sin tomar el curso. Nosotros les hablamos del peligro de hacer fraude
en un documento tan importante y de la importancia de saber los peligros en la
construcción antes de entrar en la obra.