Maryluz Sánchez, especializada en Pediatría, fundó hace 15 años Buddies In Motion (I)

Su clínica de terapia con la que soñó un día y luchó durante 15 años, hoy es una realidad: atiende a unos 200 niños a la semana en el vecindario, el 90% de ellos latinos.

Su recomendación: “Acudamos a la fuente de la experiencia antes de comenzar el proyecto”.

“Es muy importante que las personas se orienten bien, con medios oficiales, para que reciban el mensaje correcto. En mi caso, acudí al Departamento de Educación”.

New York. Mauricio Hernández. “A mí me tomó más tiempo el proceso por no acudir primero a la fuente de la experiencia”, nos confesó la Dra. Maryluz Sánchez en su clínica Buddies In Motion, donde hoy junto a su equipo atiende entre 150 y 250 niños a la semana.

“Pero el comienzo no fue fácil”, como nos confesó esta nortesantandereana que estudió terapia en su país, y volvió hace 25 años de Colombia, a comenzar de cero; hoy es dueña de la clínica que rehabilita a los niños del vecindario.

Se ha ganado el reconocimiento de sus pacientes y del vecindario. Atiende a niños con Torticolis, Ecoliosis, Parálisis cerebral, Espasmo, Dolor, W-Sentado, pie plano, entre otros problemas. Los adultos también acuden.

Antes de comenzar la entrevista nos recibió Jacks, un perrito considerado como “uno de los fundadores”, como nos dijo Sánchez:

“Está acá desde que tiene 7 semanas de nacido.  Los niños tienen mucha compatibilidad con él. Muchos vienen es por ver a Jacks, y así se hace más divertida la terapia”.

Al comienzo Sánchez trabajó en lo que resultara: consultorios, como asistente médico, en un hospital de animalitos, como secretaria en emergencias de un hospital. Entonces no tenía la licencia de fisioterapia.

“Tuve que volver a estudiar para sacar mi licencia acá. Hay que hacer muchos tramites, homologar el pensum (materias de las carreras universitarias) de Colombia con el de acá. Fueron un par de años de estudios y gestiones.”

Cuando abrió Buddies In Motion ya tenía su licencia y llevaba trabajando más de 14 años en el hospital en fisioterapia, después de pasar por muchas clínicas.

 Allí observó que los niños no podían ir a la fisioterapia porque estaba abierto de 8:00 a 4:00 pm. “Tenemos horarios que no interrumpen el estudio de los niños”, recordó.