Coronavirus, el monstruo que nos dejó en la calle; Corona, el distrito donde el virus infectó a 4,722 personas
Entre los distritos endemoniados está Corona, donde el virus infectó a 4,722 personas y mató a otras 408. En este distrito, donde viven 90,000 ecuatorianos, hubo muchos fallecidos entre sus conciudadanos. En Jackson Heights, el distrito con alta presencia de colombianos, se registraron 2,605 contagios y 239 muertos.
Primero fue el contagio, luego el miedo, el hambre, el desempleo, el racismo, la intolerancia, el desconcierto, y vandalismo…
New York. Orlando Contreras. En tres largos meses de cuarentena hemos tenido tiempo a pensar de todo, leer de todo, y al final, estar como casi todos: desconcertados. El vendaval del coronavirus contagió en Estados Unidos más de dos millones y medio de personas, de las cuales fallecieron más de 127,000 personas, la mayor parte enfermos, mayores, afectados por alguna inmunodeficiencia, diabéticos, obesos, entre otros cuadros clínicos preexistentes.
En el Estado de Nueva York se confirmaron más de 382,000 infectados y cerca de 31,000 fallecidos (hasta el momento). En la Ciudad de Nueva York, el epicentro de la pandemia, se registran hasta hoy 218,799 contagiados y 21,893 fallecidos.
Los más afectados en la Ciudad fueron los distritos de Corona, Jackson Heights e East Elmhurst, cerca al Hospital que colapsó por la ferocidad en lo más alto de la ola de la pandemia. Y en cifras globales, el virus afectó con más dureza a inmigrantes africanos y latinos en algunos distritos de Queens, Bronx y Brooklyn.
Pero fue el distrito de Corona, donde viven 90,000 ecuatorianos, donde el virus hizo mayores estragos en la Ciudad de Nueva York y posiblemente el barrio más afectado del Mundo, mucha culpa de ello por el hacinamiento en que se ven obligados a vivir los trabajadores por los altísimos precios de los alquileres en este distrito de inmigrantes.
Los facebooks de los ecuatorianos han estado más llenos de esquelas que las de otras personas de otras nacionalidades residentes en estos distritos de Queens, pero desconocemos exactamente el número de fallecidos por nacionalidad; si sabemos que fueron muchos los amigos y conocidos que vimos partir.
El virus maldito, manipulado por el hombre, también fue inmisericorde con 63,029 desamparados y 15,193 familias que vivían en refugios con 22,412 menores. La cifra de personas sin hogar (homeless) tras la pandemia aumentó considerablemente, pues muchas familias hispanas se vieron obligadas a entregar sus apartamentos e irse a vivir en campamentos improvisados en descampados de la calle.
Se calcula que unas diez millones de personas resulten contagiadas durante la pandemia, de momento va en 9,5 millones, y camino del medio millón de muertos; de momento han fallecido 493,000. Brasil, el que tienen más contagiados de Latinoamérica, va camino a competir con Estados Unidos en tener el mayor número de infectados y muertos. Brasil lleva de momento 1’283,000 contagiados y más de 56,000 muertos.
El miedo. Pero las muertes en estos tres meses de pandemia no fueron sólo por causa directa del coronavirus. Muchas personas murieron de miedo y pánico al ver la magnitud del problema que se avecinaba y la impotencia para resolverlo. Otros sencillamente se asustaron, entraron en pánico y murieron de un infarto.
El señor Luis Alberto Vía Portella (q.e.d.), por ejemplo, dueño de Los Antojitos en la calle 82 con Avenida 37, tradicional panadería del barrio, murió de un infarto. “Luis se paniqueó y se lo llevó el virus”, nos dijo Gloria, su esposa, con mucha tristeza en la reapertura del negocio; ahora deberá luchar sin el amor de 42 años de su vida. Varios dueños latinos de restaurantes también perdieron la vida en el vecindario.
La Ciudad habilitó asistencia psiquiátrica y psicológica ante la cantidad de casos de depresión, miedo, angustia, ansiedad, efectos que bajan las defensas y dejan al organismo a disposición del virus.
Desconcierto. Las imágenes de las personas entubadas, las fosas comunes, las cifras diarias de muertos, los camiones frigoríficos llenos de cuerpos, las muertes de los vecinos, amigos y familiares, las exequias sin cadáveres, entre muchas otras cosas, dejaron una sensación de miedo y desconcierto en la mayoría de los habitantes del Mundo, pero especialmente en las zonas donde el foco de la pandemia causó más daño. Donde también tenemos nuestra sede.
Pero gran parte de la incertidumbre y esquizofrenia colectiva ha sido inyectada a millones de seguidores de facebook en el Mundo a través de los fake news y otras teorías de conspiración de gran ingenio y de todos los calibres. La información buena y de fuentes fidedignas se mezclaba con las especulaciones y confundía mucho a las personas, que a la vez estaban encerradas con mucho miedo e incertidumbre.
Leímos que «el G-5 lee el chip que le instalarán en el cuerpo a los nuevos vacunados contra el covid-19»; muchos artículos nos hablaron de Bill Gates como el malo de la película porque recomendaba a 12,000 millones de personas en el Mundo a que se vacunaran para poder frenar el virus; que el virus se lo devolvió China a Estados Unidos, etc., etc. Más de la mitad de las cosas que se encontraban en las redes eran especulaciones que iban creciendo con las compartidas y los comentarios.
El número de trabajadores que reciben beneficios de desempleo llegó a 21,5 millones a finales de mayo. Dos millones de empleos semanales se perdieron durante lo meses más críticos de la pandemia
La primera semana de junio hubo 1,9 millones de reclamos de desempleo, cayendo por primera vez por debajo de los dos millones de personas por semana, contando desde el 14 de marzo. Aunque el mercado laboral comience a recuperarse poco a poco, probablemente tomará años para que la economía recupere completamente los millones de empleos perdidos durante la pandemia.
Agravo la situación el temor de las grandes compañías estadounidenses que decidieron retrasar unos días más la apertura de sus tiendas debido a la violencia y los saqueos desatados tras la muerte de George Floyd a manos de la policía, vista en directo en televisión en todo el Mundo.
Los pagos federales y estatales por desempleo alcanzaron más de US$72.000 millones en las primeras tres semanas de mayo, en comparación con US$48.400 millones en abril, según un análisis de Century Foundation de los datos del Departamento del Tesoro.
Racismo e intolerancia. La muerte Floyd es un episodio más en la larga lista de asesinatos racistas por parte de la Policía en los Estados Unidos. No es nada nuevo que impera un racismo casi institucional, donde los latinos y africanos son los más afectados.
Nueva York y más de 130 ciudades en Estados Unidos se vieron inundadas de manifestantes que protestaban por la muerte de Floyd. Las principales tiendas del país fueron saqueadas por vándalos oportunistas que se infiltraron en las marchas y provocan la anarquía y el bandolerismo.
Cuando se creía que los saqueos en Nueva York afectaban solo a los negocios de Manhattan, llegaron malas para los empresarios inmigrantes con establecimientos en el barrio.
La amenaza de saqueos y vandalismo llegó hasta los distritos más afectados por la pandemia: Corona, Jackson Heights e East Elmhurst.
Afectados por el cierre obligado de sus negocios, pagando rentas desorbitadas en una ciudad que no regula este mercado, los empresarios inmigrantes del barrio debieron invertir en las tapas de madera que pusieron a sus negocios ante la amenaza de saqueos y motines durante una marcha programada para el pasado viernes 5 de Mayo.
Afortunadamente no pasó nada, pero los negocios quedaron cubiertos de madera a dos días de abrirse la Fase 1 para algunos sectores de la economía. El día de apertura parecía un día normal, que contrastaba con malas noticias: la pandemia y la primera apertura disparaban de nuevo los contagios en Nueva York.
El 15 de Junio entramos en la fase 2 de apertura y en Agosto 5 a la Fase 3 de total apertura. Claro, si las estadísticas lo permiten.
Hay otra estadística que preocupa mucho. Según los analistas, el 30 por ciento de los negocios de dueños inmigrantes en nuestros distritos no podrán abrir de nuevo sus puertas tras la pandemia.