La tercera generación de latinos comienza a perder sus raíces hispanas en los Estados Unidos
Un 11% de los estadounidenses con ascendencia hispana niegan sus raíces latinas. Los matrimonios mixtos y una ralentización de la migración han reducido la identidad hispana en Estados Unidos, según un estudio de Pew Research Center. O mejor dicho, 5 millones de estadounidenses con ascendencia hispana no reconocen sus orígenes
Nueva York. Dic/30/2017. Diario El País de Madrid. En Nueva York se celebran múltiples desfiles durante todo el año donde participan las familias inmigrantes donde muestran su folclore y tradiciones en sendos desfiles por importantes avenidas de Nueva York, incluido el Desfile Hispano que recorre la V Avenida de Manhattan, enseñando a sus hijos su cultura ancestral. Pero con el paso de generaciones, los descendientes de inmigrantes van integrándose completamente a la sociedad estadounidense y su primer idioma pasa a ser el inglés.
De los 42,7 millones de adultos estadounidenses con ascendencia hispana, unos cinco millones de personas (11%) no se consideran como hispanos o latinos, según un estudio de Pew Research Center. El análisis concluye que cuanto más cercanos sean en la línea de migración más probable es que los adultos de Estados Unidos con ascendentes de algún país de América Latina o España se identifiquen como hispanos, sin embargo, este lazo se va perdiendo en la segunda y tercera generación.
Entre los hijos nacidos en EE UU de padres estadounidenses y abuelos inmigrantes, la proporción que se identifica como hispana se sitúa en un 77% y en la cuarta generación, donde solo los bisabuelos son inmigrantes solo un 50% de los consultados se reconocen como hispanos.
La justificación para desconocer sus orígenes radica en la distancia que existe con dicha referencia y en que provienen de matrimonios mixtos.
La identidad entre estas personas también tiene un efecto en la percepción de la discriminación por parte de los ciudadanos estadounidenses. Cuatro de cada 10 hispanos que se identifican de ese modo han sentido algún tipo de exclusión en territorio estadounidense debido a su origen latinoamericano o español.
Mientras que solo un 7% de los estadounidenses con orígenes hispanos que no se reconoce como tal señalan algún tipo de marginación.
La pérdida de identidad, abunda el estudio de Pew, inicia con las palabras. Mientras que dos tercios de los inmigrantes latinos utilizan con mayor frecuencia el nombre de su país de origen para describirse a sí mismos, esta proporción cae al 36% entre los latinos de segunda generación y al 26% entre los latinos de tercera o más generaciones.
Una referencia que también sucede en el uso del lenguaje. La mitad de los hijos de padres inmigrantes hablan inglés y español, pero esta capacidad bilingüe cae a un 26% cuando se trata de los nietos de migrantes hispanos. Por el contrario, el dominio inglés aumenta a través de las generaciones.
«La cantidad de actividades culturales hispanas experimentadas por estadounidenses con ascendencia hispana disminuye a través de las generaciones, lo que refleja el hallazgo de que la ‘autoidentidad’ hispana también se desvanece a través del tiempo», explica Pew.
La encuesta, que ha tomado en cuenta a más de 1.500 personas, revela que mientras un 93% de los inmigrantes hispanos de primera generación se casó con una persona como ellos, nacida en América Latina o España, este porcentaje se reduce hasta en un 35% entre los hispanos de tercera generación que ahora viven en EE UU.
Este comportamiento social también se extiende a las amistades. Los inmigrantes de primera y segunda generación tendrán más personas allegadas del mismo país de nacimiento que ellos o que sus padres y vivirán en vecindarios latinos o españoles. Mientras que los estadounidenses que no se reconocen como hispanos tampoco reconocerán que tienen vecinos de ese origen.