“Es un gran honor para mí”, dijo Trump al despedirse del Pontífice, pero Francisco no respondió
Melania Trump, eslovena de influencia católica (no bautizada), vivió un tiempo en Milán y habla algo de italiano. Ella fue clave para la distensión; le pidió al Papa bendecir su rosario. «¿Qué le da de comer? ¿Putizza?», preguntó en broma Don Francisco, en referencia a un dulce esloveno que le encanta y que pide siempre que encuentra a alguien de dicha nacionalidad.
Roma. May/26/2017. Por Daniel Verdú (El País). El Papa Francisco le recibió con un “encantado de conocerle” y excusándose por no hablar correctamente inglés. A las 8.35 se sentaron en la mesa de la biblioteca privada y comenzó la reunión a puerta cerrada queduró apenas 27 minutos, con la ayuda de un intérprete: el Papa, todo el tiempo en español, y Trump, en inglés.
Había cierta tensión. Discrepan en prácticamente todas las grandes líneas de gestión emprendidas por el nuevo Gobierno estadounidense: medio ambiente, inmigración, venta de armas, derivas del neoliberalismo… El Papa habló más de 50 minutos con Barack Obama, con quién mantenía una gran sintonía. “Es un gran honor para mí”, ha dicho Trump. El Pontífice no ha respondido y la puerta se ha cerrado.
El mandatario estadounidense ha llegado acompañado de una comitiva formada, entre otros, por su esposa, Melania, su hija, Ivanka, y el esposo de esta, Jared Kushner. No se esperaba gran sintonía, ambos se encuentran en las antípodas ideológicas. La cara del Pontífice, siempre tan transparente, ha sido de extrema seriedad. Al final de la reunión, donde la ecología y la paz han estado muy presentes a través de lo regalos que se han intercambiado, el ambiente ha sido algo más relajado. «No olvidaré su mensaje», le ha prometido Trump en su despedida.
No ha trascendido el contenido de la conversación, pero dada la gran distancia de pensamiento que existe entre ambos —el Papa, entre otras cosas, cuestionó la fe de Trump cuando anunció que construiría un muro entre EE UU y México.
El encuentro había comenzado con caras serias y un Trump algo incómodo en los segundos finales de espera para ser recibido. Pero la entrada de Ivanka en la sala y, especialmente la de la esposa del presidente de EE UU, Melania Trump, ha aligerado la conversación y el humor. Ella, eslovena de influencia católica (no está bautizada), que vivió un tiempo en Milán y habla algo de italiano, ha sido clave para esa distensión y ha pedido al Papa que le bendijese un rosario. Además, ha bromeado con el Pontífice sobre lo que come Trump: «¿Qué le da de comer? ¿Putizza?», ha preguntado Francisco, en referencia a un dulce esloveno que le encanta y que pide siempre que encuentra a alguien de dicha nacionalidad.
En el comunicado oficial del Vaticano, de forma absolutamente genérica, se han reseñado algunos de los asuntos abordados. «Se ha manifestado el deseo de una colaboración serena entre el Estado y la Iglesia Católica en los Estados Unidos, comprometida en el servicio a la población en los campos de la salud, la educación y la asistencia a los inmigrantes. Las conversaciones también han permitido un intercambio de puntos de vista sobre algunos temas relacionados con la actualidad internacional y con la promoción de la paz en el mundo a través de la negociación política y el diálogo interreligioso, con especial referencia a la situación en Oriente Medio y a la tutela de las comunidades cristianas».
Crónica completa y link original en:
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/05/24/actualidad/1495615186_072289.html