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Catalina Cruz: “En Nueva York, el patrón puede ir a la cárcel si le roba su salario”

Catalina Cruz: “En Nueva York, el patrón puede ir a la cárcel si le roba su salario”
  • Publishedseptiembre 26, 2023

“Muchos inmigrantes no denuncian por temor a represalias del patrón”, dice la 1ra. ‘Dreamers’ en ocupar un cargo legislativo en los Estados Unidos. «El sindicato de carpinteros se unió a nuestra labor y creamos una colación que fue fundamental para sacar adelante la ley«, agregó.

«Los obreros inmigrantes en la construcción son los más afectados, seguidos por los trabajadores de restaurantes, de la salud, y las empleadas domésticas.»

New York. Mauricio Hernández. “Es algo histórico. Hemos convertido el robo salarial en un crimen que puede penalizar a los patrones con años de cárcel; lamentablemente la mayoría son inmigrantes”, son palabras de Catalina Cruz, la primera ‘dreamers’ en llegar a la Asamblea de Nueva York por voto popular vivió durante diez años sin documentos.

Cruz recuerda que cuando tenía 16 años de edad a su madre le robaron el sueldo de casi tres semanas mientras trabajaba como empelada  doméstica. “La patrona se fue a otro país y la dejó sin dinero para nuestras necesidades básicas”, asegura Catalina Cruz, que llegó de Colombia a Queens a los nueve años, donde creció junto a su madre soltera y otros tres hermanos.

Catalina Cruz junto a su joven equipo de colaboradores en la oficina de Queens. Foto: cortesía.

Esto la impulsó a estudiar derecho, a trabajar duro por varios años. “Fue una de las primeras leyes que sometí a consideración en la legislatura, pues creía que las existentes no eran los suficientemente fuertes y no castigaban realmente al patrón de utilizar el dinero del salario de un trabajador como si fuera parte de su propia ganancia’, asegura.

Como asambleísta por el Distrito 39 de Queens (Corona, Jackson Heights, Elmhurst y partes de Rego Park y Middle Village), Catalina Cruz ha aprobado más de 20 nuevas leyes para combatir la inseguridad alimentaria, reducir el alto costo del cuidado de la salud, proteger a los neoyorquinos de edad avanzada, entre otras iniciativas de defensa de derechos de los trabajadores inmigrantes.

“Teníamos leyes que ayudaban al trabajador a presentar una querella civil en el Departamento de Labor, pero llevar el caso con una acusación de hurto lo convierte en una querella penal”, agrega Cruz.

Hay muchos inmigrantes trabajando como obreros en Nueva York; ellos suelen tener miedo de que el patrón llame a inmigración y se queden sin trabajo.

¿Qué puede hacer un trabajador?

Vamos a empezar a conversar eso con la fiscalía para saber como quieren ellos que les lleguen las quejas, porque como es un crimen, pueden ir a la policía, pero también va a haber un tiempo para educar a los precintos para que reciban la queja.

Una persona también podrá ir a la fiscalía a poner la queja; un aspecto importante a tener en cuenta es saber si el patrón tiene sede en varios condados, pues esto hace más fácil ir contra el patrón al agregarse más crímenes a su expediente.

Catalina Cruz junto a su madre el día que ganó por votación popular el derecho de sentarse en la Asamblea Legislativa del Estado de Nueva York. Foto: Cortesía Catalina Cruz

A un grupo de trabajadoras domésticas les robaron por un periodo de tiempo de dos a tres dólares cada día, que sumados elevaron el hurto a casi tres mil dólares a cada una.

Si en este caso juntamos el robo contra todos los trabajadores, una cantidad más alta de dinero conlleva una pena más grande, porque el castigo depende de si te robaste mil o un millón, y estamos hablando de penas de cárcel de entre 1 a 25 años cárcel.

“No estamos criminalizando a nuestra comunidad sino a los que se están aprovechando de ella.”

“No fue fácil. Mis colegas me ayudaron, ya que muchos vivieron esto en sus familias, pero crear crímenes nuevos es muy difícil. Llegó un tiempo en el que me había dado por vencida de pasar la ley, pero el sindicato de carpinteros se unió a nuestra labor”, indica Cruz tras recordar que crearon una colación para conseguir el apoyo de los fiscales de los 5 condados y varios fiscales de la parte alta de Nueva York.

“El fiscal de Manhattan, Alvin Bragg, fue clave, pues creó hace un par de meses una división dentro de su oficina dedicada exclusivamente al robo de salarios.”

Esta fiscalía tiene una larga historia en la lucha por los derechos de los trabajadores; incluso, bajo el mandato anterior, tenían ya un grupo de trabajo para investigar el robo de salarios y la violación de leyes de salud en la construcción.

“Una colega abogada nos redactó la ley hace 5 años, pero cuando la sometí a consideración no paso; entonces llegaron hace 4 años los carpinteros y trabajamos duro, con editoriales y conversaciones con muchas personas, hasta que lo conseguimos.

Catalina Cruz junto al Fiscal de Manhattan, Alvin Bragg. A su izquierda; y Joseph A. Geiger, de la Union de Carpinteros, a su derecha.

Presenta un desafío en esta crisis migratoria, con muchas personas desesperadas que podrían trabajar por menos del salario mínimo de Nueva York…

“Entiendo que la desesperación es grande, y que a estas personas no le podemos decir que no trabajen ya que tienen que darle alimentación a sus hijos; pero quiero que entiendan que tienen derechos a que les paguen a tiempo la cantidad correcta, que les den la protección personal si están en trabajos de construcción.”

“No se puede permitir que un patrón se aproveche de la necesidad o temor de un trabajador para no pagarle la cantidad correcta establecida por la ley. Los invito a que

busquen apoyo en organizaciones comunitarias u oficiales, en funcionarios electos locales.”

“La comunidad debe saber que el robo de salario es un crimen, que se puede pagar con cárcel, y hoy no tiene que esperar dos años para tener una respuesta del Departamento de Labor.”

“No queremos criminalizar a los patrones que están haciendo la cosas bien, pero los que estén pagando menos del salario mínimo en Nueva York tienen tiempo de rectificar. No ponga su negocio en riesgo por ahorrarse unos dólares porque le va a resultar más caro”

Rosa Agudelo: “Mi hija vivió las dificultades de no tener los papeles”

Rosa Agudelo acompaña a su hija Catalina Cruz a depositar el voto en las elecciones donde ella resultó ganadora al cargo de asambleísta del Distrito 39 de Queens, en Nueva York. Foto: Mauricio Hernández

New York. M.H. Una mañana de noviembre de 1992 Rosa Agudelo supo que en el barrio humilde de Medellín, donde vivía con su hija de 9 años, las posibilidades de formación académica y profesional iban a estar muy limitadas.

Por ello no dudó en subirse en un avión rumbo a Nueva York, sin el idioma, sola, y con unos pocos pesos.  “Cuando llegué al aeropuerto JFK  pensé, y ahora qué hago, para dónde voy, y sin hablar el inglés”, nos dijo Agudelo mientras repartía volantes en la calle para que votaran por su hija Catalina.

El esfuerzo y templanza de Agudelo consiguió de Catalina Cruz se convirtiera en la primera “dreamer” nacida en el extranjero que accede a un cargo en la Asamblea Estatal.

Agudelo realizó muchos de los oficios que realizan los inmigrantes cuando llegan a Nueva York: recoger botellas, repartir flyers, Trabajar en limpieza, etc.

Agudelo nos dijo cuando eligieron a su hija: “Mi hija recoge todas las experiencias y quiere devolverlas a la comunidad”; entonces repartía flyers en una calle de Jackson Heights, un barrio con alta presencia de colombianos.

“Mi hija conoce bien las dificultades de un inmigrante sin documentos”, dijo Agudelo.

Catalina nunca borro de su mente las penalidades que sufrieron por el robo del sueldo cuando era adolescente, y desde ese momento hizo la promesa de hacer algo por cambiar esta situación.

Written By
Trabajador Inmigrante

Periodismo de Educación e integración en los distritos inmigrantes de Nueva York.