Luis Molina, 25 años en el sector de la construcción en New York
«Soy perfeccionista y me gusta enseñar y aprender de los trabajadores, siempre con los protocolos de seguridad», dice este migrante ecuatoriano que hoy disfruta de su talento y del reconocimiento de importantes contratistas y subcontratistas de Nueva York.
New York. TINews (www.trabajadorinmigrante.com). Hoy tuvimos la oportunidad de entrevistar a Luis Molina, un ciudadano ecuatoriano que decidió un día emigrar a los Estados Unidos, en 1998, después de una larga travesía a través de Panamá, Costa Rica, Honduras, Guatemala, Mexico y finalmente New York.
Luego decidió viajar a Chicago donde lo esperaban unos primos, y trabajó lavando platos por seis meses, pero al darse cuenta de que podrían haber mejores oportunidades en NY decidió regresar.
Aquí le esperaban otros primos que lo recibieron a su llegada; luego se contactó con unos viejos amigos de su padre que le echaron una mano y le ayudaron a conseguir trabajo en demolition en la local 79. «Aquí la paga era ‘super’ mejor a la de lavar platos en Chicago», nos dice riéndose.
Decidió buscar trabajo en la construcción porque se daba cuenta sus capacidades y aunque «el sueldo era de tan solo de 8,50 la hora, decidí empezar a construir mi futuro en este sector», nos relató Molina en el Ultimo piso de uno de los edificios que está construyendo en Brooklyn.
En la Local 79 comenzó a formarse como constructor; «fueron épocas muy duras porque no sabía inglés, pero nunca me di por vencido de lograr lo que siempre había querido: formar mi propia constructora», indicó Molina, quien vio su sueño hecho realidad.
Transcurrió apenas un año y consiguió materializar su sueño al constituir su propia empresa. «Al comienzo me mareaban en los precios porque no sabía el idioma, pero rápidamente busqué ayuda con amigos arquitectos para que me ayudaran con los estimados (precios)», indicó Molina.
Así, poco a poco, se fue haciendo conocer de muchos contractores que le daban contratos y sub contratos directos, aunque «a veces perdiendo, a veces ganando, pero siempre p’lante, nunca me sentí vencido», recordó Molina.
Agrega Molina que «en el 2018 formé una escuela de construcción donde llegaban personas a trabajar conmigo sin saber nada de este oficio, pero yo les formaba poco a poco; y cuando ellos ya sabían, se iban en busca de mejores oportunidades ya que para eso vinimos a este país».
Manifestó que «aquí surge el que quiere, y no se necesita de un título de tercer nivel para ser un profesional; me siento agradecido con Dios por todas las oportunidades que me ha dado, y las habilidades para poder surgir en un país distinto al nuestro».
En la juventud le gustaba mucho el deporte, especialmente el Voleibol, donde me gané el sobrenombre de ‘El Comando’ por parte de mis amigos y compañeros que jugaban conmigo.
Hoy trabaja como supervisor de la compañía DASR Corp, donde están construyendo 7 edificios. «Nos entregan el lote de terreno y nosotros le entregamos el edificio terminado. Me siento muy orgulloso de ser un Latino con gran trayectoria y reconocimiento en el campo de la construcción. Nunca hubiese imaginado llegar hasta donde Dios me ha traído».
«Le doy gracias a Dios por todas sus bendiciones; este año 2024 he sido reconocido por los Premios Centroamericanos por el Emprendimiento Empresarial del Año, a #Molina Framing Corp., mi compañía de construcción».
Son muchas las historias de lucha a lo largo del camino que ha tenido que enfrentar este ecuatoriano sencillo y trabajador que emigró de su pueblo y hoy lo buscan los constructores para contratar sus servicios. Luis Molina es conocido en la actualidad por los amigos y cercanos como The King (El Rey).
Molina recuerda el largo camino para llegar a ser lo que es hoy.
«Siempre lucho por dejar el apellido de mi padre en alto, y a pesar de tantos tropiezos que me ha dado la vida, han servido para formar mi carácter y aprender de todos los errores».