Qatar, el mundial de la explotación
El 80% de la población son inmigrantes, es decir, más de 2.750.000 extranjeros
Desde el 2010 murieron en la construcción un promedio de 12 obreros por
semana: más de 6.751 trabajadores inmigrantes
Desde diciembre de 2010, Joseph Blatter, presidente de la FIFA, anunció el
mundial en Qatar para en 2022. Desde ese momento comenzaron las obras por
orden de la familia Al Thani.
Los Al Thani son los dueños del PSG, entre otros equipos profesionales, y cuentan
con un patrimonio de unos 350,000 millones de dólares por controlar en absoluto
la tercera reserva de gas y petróleo del planeta.
Qatar tiene una población de 250.000 cataríes y más de 2.750.000
trabajadores inmigrantes (el 80% de la población), la mayoría explotados sin
ningún rubor.
Construyeron ocho estadios (en un país donde no se jugaba el fútbol), hoteles,
aeropuertos, autopistas y centros comerciales con mano de obra barata, muy
barata…
Llevaron inmigrantes a través de «Kafala», empleando subcontratistas que captan
a los trabajadores extranjeros, que viven hacinados, los explotan, les retienen los
pasaportes y llegan a trabajar hasta 16 horas por día, bajo temperaturas que
oscilan entre los 85 y más de 100 grados Farenheith.
La cifra de 6.751 trabajadores inmigrantes muertos se puede quedar corta ya que
no incluye a los obreros de Kenia y Filipinas, donde no se llevan registros
migratorios.
Las cifras fueron obtenidas de informes de The Guardian, la BBC (Inglaterra) y
Amnistía Internacional: India 2711; Nepal 1641; Bangladesh 1018; Pakistán 824,
Sri Lanka 557. Se construyeron 8 estadios espectaculares, pero manchados de
sangre.
El lado femenino de la FIFA crece día a día; las ligas de fútbol femenino son cada
vez más populares, pero el mundial 2022 se va hacer en un territorio donde las
mujeres tienen prohibido practicar deporte, entre muchas otras cosas.
«El mundial de la vergüenza», le tildan en varios países de Europa, en un país
donde ningún ciudadano para impuestos.
Más de 1,4 millones de expatriados de India, Sri Lanka, Bangladesh y Nepal viven
en Qatar, entre ellos estudiantes, personas mayores y trabajadores empleados en
diversos sectores.
“El número de muertes es proporcional al tamaño de la mano de
obra inmigrante”, con esta frase justificó el gobierno de Qatar las
muertes.
