Carlos Atiencia, que hoy emplea con ZOE construction a más de 70 personas, lustraba botas en Manhattan
Nueva York. Mauricio Hernández. Carlos Atiencia es sencillo y callado. La vida le enseñó desde niño la dureza de la calle cuando necesitaba trabajar para sacar adelante a su familia. De cuidar ganado y conducir camiones en Morona (Santiago, provincia ecuatoriana en el Amazonas) este joven trabajador que comenzó en Manhattan lustrando botas hoy es el dueño de Zoe, una empresa de construcción que tiene a más de 70 personas trabajando en 30 obras en los Estados de Nueva York Nueva Jersey y Connecticut.
A la edad de 22 años, Atiencia tomó la decisión de emigrar hacia el país de las oportunidades. Ahorro, hizo maletas y emprendió el largo camino hacía la frontera sur de los Estados Unidos. “En este país el que quiere puede, pero hay que arriesgarse”.
Atiencia adquirió de niño las responsabilidades de un padre de familia; a los once años comenzó a trabajar para ayudar a su madre soltera, a su abuela y a sus tres hermanas. A los 14 ya conducía por los parajes de la selva.
“Desde aquí estoy pendiente de mi familia, que no le falte de nada”, recordó este luchador latino que construyó el éxito a través de la disciplina, la responsabilidad y la experiencia, pues tuvo que abandonar la escuela cuando cursaba apenas quinto grado. “A los 16 años terminé el quinto grado de primaria por correspondencia, para poder conducir camiones”.
“Lustrando zapatos en Manhattan duré solo nueve meses, ya que ví más oportunidades y mejor salario en el sector de la construcción. Ganaba solo 60 dólares al día, la mitad del sueldo regular, pero aprendí mucho. A los dos años comencé a trabajar con polacos. Terminé hablando su idioma y el inglés en los cuatro años que estuve al lado de ellos”, nos confieza Atiencia en una calle de Brooklyn, frente a un edificio en obras donde está coordinando a 30 de sus trabajadores.
“En 2012 compré una camioneta para trabajar a domicilio después de mi jornada diaria”, dijo Atiencia, para quien los días festivos no existieron durante muchos años. Pero hace 3 años este luchador de origen ecuatoriano tuvo su hija Zoe con una boricua con quien se caso hace tres años después de cinco de relación.
Atiencia bautizó a la empresa hace dos años con el nombre de su hija, cuando decidió hacerse visible y pagar impuestos en el país que le ha dado tantas oportunidades.
Un año antes llegó la oportunidad de su vida. Uno de sus amigos polacos le ofreció un trabajo en un edificio de 38 pisos en New Jersey. Atiencia no tenía compañía, ni mucho menos empleados. Quince días tardó en conseguirlo todo y se presentó a la obra. Era poner cemento a los 38 pisos. “Con los polacos había aprendido mucho de cementos”.
Desde entonces tienen contratos en tres Estados. Y sigue creciendo…
Pie de foto edificio terminado: Carlos Atiencia con su señora y su hija, frente al edificio que construyó en Brooklyn, donde empleó a 30 trabajadores de su compañía Zoe. A la izquierda, el edificio en obra. A la derecha, el edificio terminado. Foto: Mauricio Hernández.
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Felicidades heres un ejemplo para demostrar que nada es imposible mietras muestro señor nos da vida y salud un abrazo a ti y tu hermosa família
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