Mantener a nuestras comunidades a salvo del fentanilo
NYC Office of the Mayor
La seguridad pública es la principal prioridad de nuestra administración, y mantener a los neoyorquinos a salvo de la creciente amenaza del fentanilo es una parte fundamental de esa misión.
Todos hemos oído hablar del peligro que representa el fentanilo para nuestros niños y nuestras comunidades. El fentanilo es un opioide sintético que es aproximadamente 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina. Es económico, ampliamente disponible, altamente adictivo y extremadamente peligroso.
Los narcotraficantes mezclan cada vez más el fentanilo con otras drogas ilícitas para generar adicción y generar negocios repetidos. Más de 3000 personas murieron por sobredosis en la ciudad de Nueva York en 2022, y el fentanilo se detectó en el 81 por ciento de las muertes por sobredosis de drogas.
La trágica muerte de Nicholas Dominici, el niño que murió después de haber estado expuesto al fentanilo en una guardería, fue un recordatorio impactante y desgarrador de que debemos tomar medidas inmediatas para controlar esta crisis.
La semana pasada, organizamos una cumbre de dos días sobre la crisis del fentanilo que reunió a líderes electos, funcionarios de salud pública y profesionales encargados de hacer cumplir la ley de todo el país a la ciudad de Nueva York para trabajar en una estrategia nacional para combatir las sobredosis de fentanilo.
La cumbre incluyó a representantes de las principales ciudades de todo el país, incluidas Los Ángeles, Filadelfia, Nueva Orleans, Laredo, New Haven, Austin, Dallas, St. Louis, Washington D.C., Portland, San Diego, Atlanta y más. Nos centramos en todos los aspectos de la crisis, incluida la educación, la aplicación de la ley, la concientización, la prevención y el tratamiento. A lo largo de dos días y múltiples sesiones de estrategia, pudimos intercambiar ideas, aprender de los modelos de intervención en todos los municipios y ayudar a construir una estrategia integral para abordar uno de los problemas de salud y seguridad públicas más importantes de nuestro tiempo.
La ciudad de Nueva York ya ha tomado medidas importantes para combatir la crisis del fentanilo, incluida una aplicación intensiva que ha resultado en múltiples arrestos de narcotraficantes y traficantes, incluido el reciente arresto de un hombre que transportaba casi 30 libras de ladrillos de fentanilo en una maleta con ruedas en el metro. y en las aceras de un concurrido barrio del Bronx.
Además de ampliar la aplicación de la ley, estamos trabajando activamente con el Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York y otras agencias para reforzar nuestras estrategias de reducción de daños. Hemos aumentado nuestro apoyo a los programas de prevención, tratamiento de trastornos por uso de sustancias y recuperación en toda la ciudad, y hemos distribuido más de 77,000 kits de naloxona y decenas de miles de tiras reactivas de fentanilo y xilazina. También hemos hecho que la naloxona esté más disponible en consultorios de atención primaria, salas de emergencia, centros penitenciarios, de reingreso y de extensión para personas sin hogar.
Al concluir la cumbre, los participantes acordaron acciones clave para abordar la actual crisis del fentanilo, que incluyen:
Crear un grupo de trabajo de varias ciudades que se reunirá nuevamente antes de fin de año;
Elaborar un plan integral que describa las mejores prácticas y oportunidades nacionales;
Ampliar el intercambio de datos a nivel nacional para garantizar una coordinación precisa y oportuna en torno a los datos de laboratorio y de sobredosis;
Identificar y asegurar las necesidades legislativas y de financiación municipales, estatales y nacionales para prevenir muertes por sobredosis y salvar vidas.
Desarrollar estrategias de extensión comunitaria para comprender mejor las dinámicas de comportamiento asociadas con el abuso de drogas, y
Tomar medidas para reducir el estigma en torno a la adicción y el abuso de sustancias para que quienes sufren de adicción puedan obtener ayuda antes de que sea demasiado tarde.
Todos salimos de esta cumbre con una determinación renovada de detener el flujo de fentanilo hacia nuestras ciudades, responsabilizar a los malos actores e invertir en intervenciones basadas en evidencia que protejan a los neoyorquinos y a todos los estadounidenses de esta peligrosa droga.
No podemos quedarnos de brazos cruzados y permitir que lo que les pasó a las generaciones anteriores les suceda a nuestros bebés y a nuestras familias. No podemos repetir los errores que se cometieron y que condujeron a las epidemias de heroína en los años 1960 y de crack en los años 1980.
Yo trabajaba como oficial de policía durante la década de 1980 y vi cómo el crack devastaba nuestras comunidades porque no había recursos. Debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para enfrentar (y derrotar) la crisis del fentanilo. Eso significa educación, eso significa tratamiento y eso significa aplicación de la ley.
La cumbre nos recordó que siempre somos más fuertes y mejores cuando trabajamos juntos. Sé que, con nuestros socios de todo el país, podemos reducir y reduciremos las sobredosis, salvaremos vidas y protegeremos a nuestros niños y nuestras comunidades.
